Los reyes magos me trajeron a Chou Chou en enero del 2003. Y desde entonces ha pasado por todo tipo de locuras: Se le cayeron las pestañas, le pinte los labios con rotulador permanente rojo (lo que hizo que pareciera una chica y sus "primos" se burlaran a veces de él... :P) y hasta se baño en comida. Se rompió la pierna más de mil veces y le hice más de mil fotos que andan por algún rincón de mi viejo ordenador.
Sigue en la estantería de mi habitación, junto con sus dos hermanitas Pilar y Sofía, y a veces tiene su lugar en la cama.
Once añazos y parece que fuera ayer cuando abrí aquel regalo que cambió mi infancia.
¡Espero que siga conmigo muchos años más!
¿Y vosotr@a? ¿Os animáis a seguir con esta iniciativa compartiendo en Instagram la foto de un juguete especial de tu infancia (como dice Babycatface, con valor sentimental) con el hashtag #JuguetesAmados?
Quiero ver muchos juguetitos y volver a la tierna infancia durante un rato...
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